Cuando la gente me pregunta cuál es el mejor momento para tomar unas vacaciones para evitar una cancelación debido a una tormenta tropical o un huracán, normalmente digo julio.
La respuesta puede parecer un poco curiosa al principio. Después de todo, tienes casi el doble de probabilidades de ver un huracán en un día determinado de julio en el Atlántico que en junio.
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Pero las probabilidades de un impacto de tormenta tropical o huracán en Estados Unidos en julio en realidad disminuyen ligeramente.
Lo mismo es cierto para Florida y otros grandes estados propensos a huracanes como Texas. Entonces, ¿por qué es esto?
Julio es un mes de transición a través de los trópicos, cuando es menos probable que el frente frío ocasional, los últimos vestigios de la primavera, llegue lo suficientemente al sur como para crear travesuras tropicales o arrastrar sistemas tropicales ya formados hacia el norte y hacia el Estado del Sol.
También es un mes en el que normalmente vemos menos sistemas que se forman cerca de los Estados Unidos y un aumento gradual de las tormentas que se forman a partir de perturbaciones que ruedan a través del Atlántico tropical profundo.
La combinación da como resultado una pequeña caída en los impactos generales de Estados Unidos en julio.
Aunque la diferencia puede no ser significativa entre un impacto tropical estadounidense en junio y uno en julio, todo lo demás igual, julio no es una mala apuesta para una escapada rápida de verano.
La temporada de huracanes a menudo comienza con sistemas descuidados que se arrastran hacia el norte del Golfo desde el Caribe, seguidos de una pausa en julio antes del evento principal en agosto, septiembre y principios de octubre.
Por supuesto, cada estación es diferente, pero el uso de climatología puede por lo menos aliviar algunas preocupaciones en la planificación futura y evitar problemas tropicales.
Miércoles, el Atlántico tropical ha caído en un sueño estival. No se espera ningún desarrollo en el Atlántico durante la semana.
Mientras tanto, Bonnie, que comenzó en el Atlántico antes de cruzar al Pacífico oriental durante el fin de semana, se fortaleció en un huracán de categoría 3 el martes con vientos de 115 mph, el huracán más fuerte observado en el hemisferio occidental en lo que va de 2022.
Ha comenzado un debilitamiento gradual sobre el Pacífico abierto, que se pronostica que continuará a medida que se mueva más lejos hacia el mar esta semana.