SANTIAGO (AP) — Evelyn Matthei, hija de uno de los generales de la dictadura de Augusto Pinochet, es un rostro conocido en la política chilena: fue diputada, senadora, alcaldesa y ministra.
Pero ahora esta economista aspira a alcanzar la presidencia de Chile y para ello se presenta como el rostro de la moderación en las elecciones del 16 de noviembre, marcadas por la polarización entre la ultraderecha y el oficialismo encabezado por una candidata comunista.
Al frente de la coalición Chile Grande y Unido, que aglutina bajo el paraguas de la derecha tradicional media decena de formaciones, Matthei apuesta a su experiencia y buenas relaciones para ocupar el sillón presidencial.
Pero además de hacer frente al bloque progresista, Matthei tiene por delante el reto de imponerse en la pugna protagonizada en el seno de la misma derecha, donde la falta de consenso culminó en tres candidaturas.
“Nosotros habíamos llamado a una primaria, no hubo primaria”, dijo la aspirante presidencial a pocos días de la contienda electoral. “Estamos marcando las diferencias”.
Oriunda de una familia de la élite santiaguina, de ascendencia europea y con un prominente rol en la política y la dictadura militar que gobernó Chile entre 1973 y 1990, su campaña se ha caracterizado por un estilo balanceado. Pero pese a su vasto abanico de cargos públicos y el apoyo de sectores más tradicionales como el empresariado, no ha conseguido acaparar del todo la simpatía del electorado.
Desde inicios de año Matthei se perfiló como aspirante de ese sector político y fue durante meses la favorita en todas las encuestas.
No obstante, empezó a perder potencia en el último mes y se desplomó en los sondeos, situándose detrás del ultraderechista José Antonio Kast, quien ganó la primera vuelta en las presidenciales de 2021 pero perdió el balotaje ante el actual presidente, Gabriel Boric, y de la comunista Jeannette Jara, candidata del oficialismo.
Algunos estudios incluso la llegaron a ubicar detrás de Johannes Kaiser, el fenómeno libertario que ha sacudido al país en la recta final de la carrera electoral.
Lazos militares
Nacida el 11 de noviembre de 1953 en Santiago, Matthei es hija de Fernando Matthei Aubel, quien durante el gobierno de Pinochet fue ministro de Salud, miembro de la Junta Militar y comandante en jefe de la Fuerza Aérea.
Desde que lanzó su candidatura su campaña ha estado centrada sobre todo en el combate a la delincuencia y la mejora de una economía que no se ha recuperado completamente desde la pandemia de coronavirus.
Entre sus principales propuestas destacan el impulso económico para que Chile crezca un 4% al año — frente al 2% actual—, la reducción del gasto público en unos 8.000 millones de dólares y la creación de un millón de nuevos empleos.
Para hacer frente a “la peor crisis de seguridad desde el retorno a la democracia” que atraviesa Chile, sus promesas incluyen destinar unos 2.500 millones de dólares para modernizar las fuerzas de seguridad, ampliar el sistema carcelario e invertir en inteligencia y tecnología. Igualmente propone la creación de una Policía Militar Fronteriza, la construcción de "centros de expulsión" y el cese de “privilegios” a migrantes sin papeles. “Pondremos fin al ingreso descontrolado de inmigrantes”, reza su proyecto.
Pese a que ha intentado desmarcarse de las posturas más controvertidas, se vio obligada a disculparse más de una vez por comentarios en los que relativizaba los asesinatos cometidos en la dictadura militar, que le valieron críticas del oficialismo, de varias organizaciones de derechos humanos e incluso del presidente Boric.
Sus inicios en la política remontan al año de 1988, cuando integró el partido Renovación Nacional (RN), constituido un año antes gracias a la fusión de militantes provenientes de distintas agrupaciones y partidos cercanos al régimen militar.
Asimismo, su primera incursión en la escena política ya fue polémica, pues ese mismo año defendió en el plebiscito la permanencia de Pinochet en la presidencia, pese al abrumador triunfo del “No” que obligó al general a abandonar el poder meses después.
Educación diversificada y paso por Inglaterra
Matthei completó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Alemán de la capital, donde también tomó clases de piano, teoría de la música y armonía. Pasó varios años en Inglaterra, donde se desempeñó como traductora de la embajada de Chile.
A su regreso al país sudamericano, ingresó al Instituto de Economía de la Universidad Católica de Chile, donde obtuvo el grado de Licenciada en Economía en 1979. En forma paralela a sus estudios universitarios, se desempeñó como profesora ayudante y fue asistente de investigación en la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), entre otras labores.
Tras ingresar a RN fue elegida diputada por los municipios de Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, los tres más ricos de la Región Metropolitana. Desde entonces pasó a formar parte del círculo más íntimo de un emergente Sebastián Piñera, quien posteriormente se convertiría en presidente en dos mandatos (2010-2014 y 2018-2022).
Casada con con el economista y exconsejero del Banco Central Jorge Desormeaux Jiménez, es madre de tres hijos. Entre 2011 y 2013, Matthei ejerció como ministra del Trabajo y Previsión Social durante el primer gobierno de Piñera, mientras que a partir de 2016 y hasta el año pasado estuvo al frente de la Alcaldía de Providencia, otra de las más pudientes comunas de Santiago.
En las elecciones de 2013 se presentó como candidata presidencial y pasó a la segunda vuelta con un 25% de los votos, pero perdió ante la socialista Michelle Bachelet, elegida en ese entonces para un segundo mandato.
Pese a la cercana relación que mantiene con la familia Piñera, la exministra ha rechazado el título de “heredera del piñerismo”, al señalar que “sería casi vanidoso decir que alguien es heredero de él”, aunque siempre ha dejado clara su admiración por el expresidente, fallecido el año pasado a raíz en un accidente de helicóptero.
"Resulta que hoy a Piñera, después de haberlo basureado tanto, todo el mundo siente que fue un hombre que de verdad intentó dar lo mejor posible en bien de Chile”, afirmó a inicios de su campaña.
Es precisamente en su conocimiento económico que la derechista deposita sus fichas para desbancar las demás candidaturas y conquistar el respaldo de los electores más indecisos.
“Chile volverá a ser un país donde quien trabaja y cumple, progresa", expresó pocos días antes de los comicios. "Donde el mérito vuelva a valer”.
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