LA PAZ, Bolivia (AP) — Con música de rock, cumbias y bailes folclóricos, los dos candidatos que han encabezado las preferencias en las últimas semanas cerraron el miércoles sus campañas de cara a unos comicios presidenciales que podrían marcar el fin de dos décadas de gobiernos de izquierda.
El empresario Samuel Doria Medina y el expresidente derechista Jorge “Tuto” Quiroga, quienes aparecen en los primeros lugares de los sondeos, encabezaron sus cierres en Santa Cruz y La Paz, respectivamente, una jornada en la que ambos prometieron solucionar la dura crisis económica que golpea a los bolivianos con una escalada de precios de los alimentos y escasez de combustibles.
La actual crisis económica, que expertos consideran la peor en los últimos 40 años, han debilitado al gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), cuyo candidato, Eduardo del Castillo, aparece en los últimos lugares de las encuestas.
“Esta es una ola imparable que quiere un cambio profundo y necesitamos un voto seguro para llevar adelante”, dijo Doria Medina tras una caminata de sus partidarios que atravesó la ciudad de La Paz el martes por la noche. El miércoles convocó a varios seguidores en la vecina ciudad de El Alto un bastión del MAS.
Quiroga cerró campaña con grupos roqueros y folclóricos que concentró sobre todo a jóvenes en un parque de La Paz. Las dos ciudades concentran poco más del 50% de los 7,9 millones de bolivianos que están llamados a las urnas.
Todas las encuestas de intención de voto anticipan que no habrá ganador en primera vuelta. El balotaje está previsto para el 19 de octubre. Será la primera vez que Bolivia vaya a segunda vuelta para dirimir la elección.
Además de los efectos de la crisis económica, el MAS ha vivido una intensa pelea entre su líder histórico, el expresidente Evo Morales (2006-2019) y su sucesor el actual mandatario Luis Arce. Ninguno de los dos estará en las boletas.
El candidato oficialista, Del Castillo, también cerro su campaña en La Paz.
El presidente saliente Arce, quien renunció a la reelección tras una fuerte caída en su popularidad, acudió al cierre de Del Castillo que concentró sobre todo a funcionarios públicos.
Después de que fue inhabilitado y no logró convencer a las autoridades electorales que le permitieran registrarse como candidato, Morales decidió llamar a la gente a anular su voto.
El miércoles realizó un mitin con sus partidarios en su bastión cocalero del Chapare, centro de Bolivia. “El voto nulo es una rebelión democrática y si gana acá en el Chapare ya será una gran victoria”, dijo.
Morales culpó a Arce de presionar a la justicia para sacarlo de carrera. Arce, por su parte, acusa a su mentor de boicot a su gestión.
“Morales ha quedado fuera, pero quiere estar presente en las elecciones y decir éste es mi voto”, opinó el analista político Carlos Saavedra.
El Tribunal Supremo Electoral anunció que movilizará policías y fiscales al Chapare para evitar posibles conflictos el domingo ante amenazas de partidarios de Morales de impedir la votación, dijo la vocal electoral María Cristina Claros.
Más de cien observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE) están el país para seguir los cómicos que elegirán a un presidente y renovarán la totalidad de la Asamblea Legislativa de 166 miembros.
Desde el jueves rige el silencio electoral.
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