CONDADO DE BROWARD, Fla. — Dos hombres testificaron en el tribunal del condado de Broward sobre cómo fue quedar atrapados en un enfrentamiento y tiroteo en 2019 que involucró a 20 agentes de la ley de cuatro agencias, que dispararon más de 220 rondas en unos 25 segundos.
Edwin Díaz y Manuel Tosado testificaron el viernes durante una audiencia previa al juicio en el caso de homicidio involuntario contra José Mateo, un agente suspendido de la Oficina del Sheriff del Condado de Miami-Dade que disparó su arma durante el tiroteo del 5 de diciembre de 2019 en Miramar.
Tosado, un veterano del Ejército de los Estados Unidos, dijo que estaba armado con una Glock mientras estaba en su camioneta, pero no disparó. Dos balas alcanzaron su camioneta. Uno dañó su luz trasera y el otro perforó el asiento del automóvil de su hija. Ella tenía 5 años en ese momento.
“Ella no estaba en la camioneta, pero técnicamente se suponía que debía estar sentada en el asiento trasero”, dijo Tolsado en la corte.
Dos fugitivos armados, que eran buscados por un robo de joyas en Coral Gables, estaban cerca en un camión robado de UPS con un empleado de UPS desarmado que habían estado reteniendo como rehén, según los fiscales.
“Quiero que la policía rinda cuentas por las vidas inocentes perdidas”, dijo Roy Ordóñez, quien escuchó el testimonio sobre el día en que su hermano de 27 años, Frank Ordóñez, el empleado de UPS, fue asesinado.
Después de una investigación que involucró al FBI y al Departamento de Cumplimiento de la Ley de Florida, un gran jurado acusó a Mateo y a otros tres agentes de M-DCSO: Rodolfo Mirabal, Richard Santiesteban y Leslie Lee.
El juez de circuito del condado de Broward, Ernest Kollra, preside el caso de Mateo. Los abogados de Mateo quieren que Kollra considere que la ley de defensa propia de Florida le permitió el uso de fuerza letal a pesar de los riesgos.
Richard Cutshaw, un conductor que se dirigía a casa desde el trabajo, murió después de recibir un disparo en su automóvil. Tenía 70 años.
Los sospechosos, Lamar Alexander y Ronnie Hill, también murieron durante el tiroteo. Ambos tenían 41 años.
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