EDMONTON. – Los Florida Panthers llegaron a Edmonton el martes con una cosa en mente: perseguir la Copa Stanley, otra vez.
Cuando finalizó el Media Day en Rogers Place, la atención se trasladó del podio al hielo, con el disco listo para caer en poco más de 24 horas para el Juego 1 de la Final de la Copa Stanley entre los Panthers y los Edmonton Oilers.
Entre los jugadores que se dirigieron a los medios internacionales se encontraba el delantero de los Panthers, Brad Marchand, una adquisición en la fecha límite de cambios cuyo pedigrí en los playoffs y estilo físico han agregado profundidad a la tercera línea de Florida.
“Ha aportado un extra de energía, como siempre en esta época del año”, dijo el entrenador de los Panthers, Paul Maurice, a principios de esta semana. “Tiene un pedigrí de campeón”.
Marchand, quien ganó una Copa Stanley con los Boston Bruins al principio de su carrera, admitió el martes que la mudanza a Florida no fue fácil, al menos emocionalmente.
“Ser parte del grupo ha sido una experiencia increíble, una que me preocupaba un poco y no sabía cómo integrarme al equipo ni cómo integrarme con todos, ya que estaba pasando por una situación que no había vivido antes”, dijo Marchand. “Estaba muy nervioso. Sí, estoy muy agradecido y muy emocionado”.
Cuando se le preguntó a Maurice sobre las diferencias con respecto a la final de la temporada pasada (también contra Edmonton), señaló un cambio importante: la profundidad.
“Ambos equipos tienen mucho más profundidad”, dijo Maurice.
Los Panthers buscan convertirse en el primer equipo desde los Pittsburgh Penguins de 2016-17 en ganar dos Copas Stanley consecutivas. Para Edmonton, el objetivo es alzar la Copa por primera vez desde 1990.
La serie, ya anunciada como una batalla entre velocidad de alto nivel, fisicalidad y portería, bien podría llegar hasta el final.
