MIAMI-DADE COUNTY, Fla. – El Departamento de Manejo de Emergencias de Florida ha tomado control de un antiguo aeródromo para detener a migrantes indocumentados.
El Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier pronto podría ser conocido como “Alcatraz de los caimanes”.
Las cámaras de Local 10 captaron múltiples camiones ingresando al aeródromo con luces industriales y generadores, entre otros equipos. Desde el aire, se observaron filas de remolques distribuidos por toda la propiedad.
“El estado ha ejercido los poderes ejecutivos que el gobernador ha impuesto mediante su orden ejecutiva, y por eso han seguido adelante”, dijo la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava.
Según el fiscal general de Florida, James Uthmeier, el antiguo aeródromo en el corazón de los Everglades de Florida se convertirá en un centro de detención para migrantes.
“No se necesita invertir tanto en el perímetro”, dijo. “Si alguien se escapa, no encontrará mucho más que caimanes y pitones”.
Manifestantes comenzaron a alzar la voz al enterarse de la iniciativa.
Levine Cava dijo que se comunicó con el estado al conocer la situación para expresar su preocupación.
“Es una zona en la que como nación hemos invertido miles de millones de dólares para proteger nuestro entorno natural, nuestro suministro de agua”, señaló. “Es un área bajo supervisión federal. Parte de nuestros planes de restauración de los Everglades de Florida”.
Pidió una revisión del impacto ambiental, pero el domingo recibió una larga respuesta del estado que, en parte, decía:
“Las negociaciones para comprar la propiedad siguen en curso, pero ya se han iniciado los trabajos”.
La carta mencionaba una “emergencia migratoria – el tiempo es esencial”.
La instalación albergará al menos a 1,000 migrantes, por ahora, con carpas y algo de infraestructura.
“Estamos revisando todo desde una perspectiva legal”, agregó Levine Cava.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, agradeció recientemente a Florida y dijo que FEMA ayudará a financiar este gran esfuerzo.
Los manifestantes temen que la situación se esté saliendo de control.
Las preocupaciones incluyen posibles impactos en un entorno ya sensible. Además, para los defensores de los migrantes, surgen preguntas sobre los estándares: ¿será esto más una ciudad de carpas con algo de infraestructura?
Se espera que la instalación comience a operar a principios de julio.