NUEVA YORK — Un hombre armado que mató a cuatro personas en un edificio de oficinas en Manhattan antes de suicidarse afirmó en una nota tener una enfermedad cerebral vinculada a los deportes de contacto y estaba tratando de atacar la sede de la NFL, pero tomó el ascensor equivocado, informaron el martes las autoridades.
Los investigadores sospechan que Shane Tamura, un trabajador de un casino en Las Vegas, intentaba llegar a las oficinas de la liga estadounidense de fútbol americano en el edificio el lunes, después de disparar a varias personas en el vestíbulo, pero entró en el conjunto de ascensores equivocado, dijo el alcalde Eric Adams en entrevistas.
Cuatro personas fueron asesinadas, incluido un oficial de policía de la ciudad de Nueva York fuera de servicio, Didarul Islam. El hombre armado culpó a la NFL.
Tamura, quien jugó fútbol americano a nivel de escuela secundaria en California hace casi dos décadas pero nunca en la NFL, tenía un historial de enfermedades mentales, según la policía. En una nota manuscrita de tres páginas encontrada en su billetera, afirmó que sufría de encefalopatía traumática crónica (CTE por sus siglas en inglés) y acusó a la NFL de ocultar los peligros para los cerebros de los jugadores con fines de lucro. La enfermedad cerebral degenerativa ha sido vinculada a conmociones cerebrales y otros traumas repetidos en la cabeza comunes en deportes de contacto como el fútbol americano, pero solo puede ser diagnosticada después de que alguien ha muerto.
En la nota, Tamura repetidamente menciona que lo sentía y pedía que su cerebro fuera estudiado para detectar CTE, según el departamento de policía. También hacía referencia a Terry Long, exjugador de la NFL que fue diagnosticado con CTE, y la manera en que Long se suicidó en 2005.
La NFL negó durante mucho tiempo el vínculo entre el fútbol americano y CTE, pero reconoció la conexión en un testimonio de 2016 ante el Congreso y ha pagado más de 1.400 millones de dólares a jugadores retirados para resolver querellas relacionadas con conmociones cerebrales.
El comisionado de la NFL, Roger Goodell, calificó el tiroteo como “un acto de violencia indescriptible en nuestro edificio”. Agregó que estaba profundamente agradecido con los agentes de la ley que respondieron y con el policía que dio su vida para proteger a otros.
Goodell dijo en un memorando al personal que un empleado de la liga resultó gravemente herido en el ataque y fue hospitalizado en condición estable.
El tiroteo ocurrió a lo largo de Park Avenue, una de las avenidas más reconocidas del país, situadas a unas cuantas de la terminal de trenes Grand Central y el Rockefeller Center. También está a menos de 15 minutos a pie de donde Brian Thompson, el CEO de UnitedHealthcare, fue asesinado a tiros el pasado diciembre por un hombre que, según los fiscales, estaba enojado por la avaricia corporativa.
El presidente Donald Trump dijo el martes que conoce bien esa área de Manhattan.
“Confío en que nuestras agencias de aplicación de la ley llegarán al fondo de por qué este lunático enloquecido cometió un acto de violencia tan sin sentido. Mi corazón está con las familias de las cuatro personas que fueron asesinadas, incluido el agente de la NYPD, que hizo el máximo sacrificio”, publicó Trump en las redes sociales.
El edificio alberga la NFL y otros negocios conocidos. El video mostró al hombre armado entrando al edificio.
Los investigadores han determinado que Tamura, quien trabajaba en seguridad en el Horseshoe Las Vegas, condujo por todo el país en los últimos días y llegó a la ciudad de Nueva York justo antes del tiroteo, dijo la comisionada de policía Jessica Tisch.
El video de vigilancia mostró al hombre armado saliendo de un BMW temprano el lunes por la noche y luego cruza una plaza con una camisa de botones y chaqueta con un rifle a su lado antes de entrar al edificio, que también aloja las oficinas de la firma de inversión Blackstone y otras compañías. Estaba cerrado el martes excepto para los investigadores.
Una vez en el interior, roció el vestíbulo con disparos, matando a Islam, quien estaba fuera de servicio y trabajando en un turno de seguridad corporativa, e hiriendo a una mujer que intentó ponerse a cubierto, dijo Tisch. Luego se dirigió a la zona de ascensores, disparando a un guardia en un escritorio de seguridad y a otro hombre en el vestíbulo, dijo.
“Parecía haber pasado primero junto al oficial y luego giró a su derecha, lo vio y disparó varias veces”, dijo Adams en una entrevista de televisión.
El hombre tomó el ascensor hasta las oficinas del piso 33 de la empresa propietaria del edificio, Rudin Management, y disparó y mató a una persona en ese piso. Luego, el hombre se disparó a sí mismo, dijo la comisionada.
Blackstone confirmó que una de sus empleadas, la ejecutiva inmobiliaria Wesley LePatner, estaba entre los fallecidos.
“Las palabras no pueden expresar la devastación que sentimos”, dijo la compañía en un comunicado.
Islam, de 36 años, trabajó como agente de la policía de Nueva York durante tres años y medio y era un inmigrante de Bangladesh, dijo Tisch.
Su cuerpo fue cubierto con la bandera del departamento de policía de Nueva York mientras era trasladado del hospital a una ambulancia, con compañeros en posición de firmes.
“Estaba haciendo el trabajo que le pedimos que hiciera. Se puso en peligro. Hizo el máximo sacrificio”, dijo Tisch. “Murió como vivió: un héroe”.
“Estaba cumpliendo con su deber. Se puso en peligro. Hizo el máximo sacrificio”, destacó Tisch. “Murió como vivió: un héroe”.
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Collins informó desde Hartford, Connecticut, y Seewer desde Toledo, Ohio. Los reporteros de Associated Press Mike Balsamo, Philip Marcelo y Julie Walker en Nueva York; Rob Maaddi y Maryclaire Dale en Filadelfia, Mike Catalini en Trenton, Nueva Jersey; y Eric Tucker en Washington contribuyeron con este despacho.
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