CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Carmen Chávez tiene una respuesta para quienes se preguntan por qué ella y su pareja decidieron casarse un 19 de septiembre, fecha que marca el aniversario de dos terremotos en México.
“Para mí era una fecha un poco trágica”, dijo Chávez, quien recuerda cómo los edificios colapsaron en el centro de Ciudad de México hace 40 años. “Así que quiero renovar ese ver, que ahora va a ser el principio de una vida juntos”.
No hay un consenso oficial sobre el número de muertos que dejaron los temblores de 1985 y 2017, pero los estimados sugieren más de 10.000 víctimas.
La coincidencia de fechas provoca ansiedad en muchos mexicanos, especialmente después de 2022, cuando otro sismo de menor magnitud volvió a remecer el país un 19 de septiembre. No obstante, sismólogos e investigadores han insistido en que no existe una razón que ocasione estos fenómenos en un mismo día.
Al finalizar la boda de Chávez el viernes, la policía local cerró varias calles y avenidas del centro capitalino en preparación para un simulacro. En paralelo, misas, exposiciones y charlas se realizaron en distintos sitios para recordar a las víctimas.
La bandera nacional ondeaba a media asta en la catedral metropolitana como un acto de memoria y la Iglesia posteó un mensaje en sus redes sociales: “aquellos días nos dejaron heridas, pero también nos enseñaron que la solidaridad es más grande que el miedo”.
Las iglesias reflejan las cicatrices del terremoto
La Iglesia que Chávez y su ahora esposo eligieron para su boda tiene un significado especial en esta fecha.
El templo de San Juan de Dios resistió el sismo de magnitud 8 de 1985. Sin embargo, su estructura se dañó severamente en 2017 y se vio obligada a cerrar. La iglesia reabrió a fines de 2024 después de haber sido prácticamente restaurada, aunque aún quedan detalles por finalizar en el interior.
Otra iglesia en el extremo opuesto de la plaza, la Santa Vera Cruz, aún está cerrada al público. Todavía no se anuncia una fecha oficial para su reapertura, pero monseñor Juan Carlos Guerrero, a cargo de ambas parroquias, espera que esto ocurra a fines de este año.
“Hay que continuar la restauración de los edificios”, dijo. “La vida de estos monumentos está íntimamente ligada con la identidad de la gente”.
Chávez explicó que ella y su pareja eligieron San Juan de Dios para casarse porque su abuela solía asistir a esa iglesia.
“Esta parroquia tiene mucha historia y es muy bella”, dijo. “Sus pinturas, su arquitectura. A mí me gusta mucho venir aquí”.
Lecciones de una tragedia
De acuerdo con el padre Salvador Barba, quien se convirtió en intermediario entre la Iglesia católica y las autoridades a cargo de la restauración de inmuebles desde 2017, más de 150 iglesias se vieron afectadas en Ciudad de México aquel año. De éstas, 40 se vieron forzadas a cerrar por daño estructural.
En todo el país, más de 3.000 santuarios resultaron dañados. El gobierno de México dijo en un comunicado que a finales de 2024 casi 90% habían sido restaurados junto con más de 4.000 piezas de arte sacro.
Barba piensa que el terremoto de 2017 fue un parteaguas para la Iglesia. “Hemos creado conciencia entre los sacerdotes de que tenemos que cuidar nuestras iglesias”, dijo. “Ahora una palabra que se usa mucho entre nosotros es ‘mantenimiento preventivo’”.
Eso quiere decir que líderes religiosos de todo el territorio pueden acercarse a él para reportar grietas o detalles que ameriten un ojo experto. Luego Barba reenvía el reporte a los expertos a nivel federal y los edificios se inspeccionan.
“No esperar a que crezca”, dijo. “Eso es lo que generó muchos daños”.
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