LA PAZ, Bolivia (AP) — Después de ejercer como diputado, alcalde y senador, Rodrigo Paz busca coronar su carrera política con la presidencia de Bolivia, y para ello presenta un discurso moderado para convencer a los desencantados con la actual gestión izquierdista de que erradicará la crisis con medidas que no impliquen un fuerte ajuste.
El senador deberá derrotar en el balotaje del 19 de octubre al exmandatario derechista Jorge “Tuto” Quiroga (2001-2002) para llegar al sillón presidencial emulando a su padre, Jaime Paz Zamora, quien gobernó entre 1989 y 1993.
Pese a que fue el más votado en la primera vuelta del 17 de agosto, Paz ha perdido algo de fuelle y en la última encuesta preelectoral que la empresa Ipsos Ciesmori difundió a fines de septiembre, apareció con 39,3% de apoyo respecto a Quiroga, que registró 47%. El sondeo tiene un margen de error de 2,2%.
En la recta final para los comicios que supondrán un giro político en el país sudamericano al poner fin a la larga gestión del Movimiento al Socialismo (MAS), Paz intenta seducir al electorado tradicionalmente afín a esa fuerza izquierdista del actual presidente Luis Arce y fundada por el exmandatario Evo Morales (2006 y 2019), el primer presidente indígena de Bolivia.
No es una cara nueva en la política; su posición de centro
Paz comenzó como diputado en 2002 y luego fue concejal y alcalde de la región de Tarija, en el sur del país.
Actualmente es senador nacional por Tarija representando a la alianza Comunidad Ciudadana, de centroderecha, y se postuló a la presidencia de Bolivia por el Partido Demócrata Cristiano (PDC), alineado con la socialdemocracia europea.
Hijo de Paz Zamora y la española Carmen Pereira, nació en Santiago de Compostela, España, donde pasó su infancia debido a que a su padre fue perseguido por la dictadura de 1964 a 1982.
Posteriormente, retornó a Bolivia y estudió en colegios de la orden católica de los Jesuitas, para luego estudiar economía y una maestría en gestión política en Estados Unidos.
Paz es devoto del “Señor Jesús del Gran Poder” y baila en la festividad del mismo nombre, cuyos feligreses son en su mayoría comerciantes influyentes en la economía de la nación andina.
Al candidato no le gusta quedar encasillado en la izquierda o la derecha. “Somos una visión de centro donde se han agrupado grandes mayorías que han cerrado un ciclo de 20 años, yo creo que eso es un gran mérito”, ha dicho durante la campaña.
Paz visita los sectores populares y también se ha reunido con los empresarios. Propone “capitalismo para todos”, pero sus críticos señalan que sus propuestas económicas son aún poco claras.
Afirmó que pretende mantener los bonos o ayudas económicas creados por el MAS para los niños y sus madres, e incluso aumentarlos. Y en los últimos días acotó que para los ancianos el incremento de ayuda mensual será gradual.
“Paz y Lara se han acordado de la gente pobre pensando en los bonos, y en créditos a los jóvenes, ellos no nos quieren dejar más pobres”, destacó a The Associated Press Elena Quispe, una ama de casa de 53 años con tres hijos y sin trabajo.
Sin embargo, para Justo Cardenas un profesor jubilado de 63 años, Paz se asemeja al MAS con sus promesas de bonos sin tener un fin claro, lo que podría perjudicar la economía.
La analista política Verónica Rocha señaló a The Associated Press que el desafío de Paz es captar al electorado que rechaza a Quiroga y a los desencantados con el MAS. Indicó al respecto que clases más bajas o empobrecidas “no encuentran una representación, una persona igual a ellos” en ninguna de las dos fórmulas electorales que compiten.
Por otro lado, Paz asegura que no recurrirá a las políticas de ajuste del Fondo Monetario Internacional para sacar a Bolivia de la peor crisis económica de las últimas cuatro décadas.
Promete, por otro lado, que despejará de trabas al sector público y eliminará la subvención a los combustibles —una de las mayores cargas del Estado— excepto para los sectores vulnerables. Critica el despilfarro estatal, que incrementó “la deuda externa a 13.400 millones de dólares y generó 550.000 empleados públicos”.
La relación con su candidato a vicepresidente
Paz ha prometido que va a “barrer la corrupción” y, dando muestras de su pragmatismo, se alió con el expolicía Edman Lara, su candidato a vicepresidente que no tiene experiencia política, pero es famoso en las redes sociales con su vehemente discurso en contra de los corruptos.
El candidato presidencial ha señalado sobre Lara que es una “persona honesta que le da tranquilidad a la gente”, pero ha tenido que salir a moderar las altisonantes declaraciones de su acompañante.
Los críticos señalan que esta relación genera incertidumbre.
Rocha dijo que en el PDC se nota que “el desorden solo parece ir creciendo. Entonces, si ellos mismos no pueden ordenarse, es complicado”.
Uno de los desafíos de Paz es que muestre un mensaje claro y uniforme con Lara. De no ser así, acotó la analista, “el expolicía puede terminar afectando para mal la candidatura de Paz”.
Sobre Morales, que tiene vigente una orden de detención para obligarlo a declarar por un caso de presunto abuso a una menor, Paz dijo que “como cualquier otro boliviano se le tiene que aplicar la ley... Así que lo que va a acontecer está claro, que no se va a escapar en un avión”.
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