HOLLYWOOD, Fla. — Una vez al mes, Carol Burgan reúne a un grupo especial de mujeres en el Memorial Cancer Institute: pacientes, sobrevivientes y aquellas recién diagnosticadas con cáncer de mama. Vestidas de rosa, se reúnen en persona y virtualmente para compartir fuerza, historias y apoyo.
“Es increíble que me permitan liderar a estas damas”, dijo Burgan. “No solo por una hora, sino durante todo su tratamiento contra el cáncer”.
Algunas están esperando resultados de exámenes. Otras están en tratamiento activo. Y muchas, como Chevay Hampton —diagnosticada hace cuatro años— son sobrevivientes que devuelven el apoyo.
“Sin familia cerca, este grupo fue lo que necesitaba”, dijo Hampton. “Incluso si solo nos sentamos en silencio, ayuda”.
Lily Mazurek venció el cáncer hace 30 años pero recientemente enfrentó una recurrencia. Ahora, encuentra consuelo al hablar con otras que apenas comienzan su camino.
“Fue más un viaje mental esta vez”, dijo. “A las mujeres les gusta hablar de todo, desde tratamientos hasta médicos”.
Burgan dijo que el grupo ofrece más que solo conversación:
“La esperanza está garantizada. La fe está garantizada. Fuerza. Aprenden a enfrentar las adversidades de la vida”.
Juntas, estas mujeres demuestran que la sanación emocional es tan vital como el tratamiento físico, y que nadie tiene que enfrentar el cáncer de mama sola.
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