CONDADO DE MIAMI-DADE, Fla. – Pete’s Barbershop, un pilar de Miami-Dade en el Centro Comercial Suniland desde 1959, ha cerrado oficialmente sus puertas tras más de seis décadas de cortes, historias y conexión con la comunidad.
“Mi hermana y yo estábamos allí el día que mi padre compró la peluquería”, dijo un familiar mientras señalaba una vieja fotografía.
Dentro de Pete’s, el tiempo parecía haberse detenido; la peluquería en Pinecrest parecía una cápsula del tiempo viviente.
La caja registradora antigua aún suena, las sillas están desgastadas. Cada una guarda una historia de conversaciones, risas y recuerdos.
“Hay mil historias aquí, miles de historias”, dijo un barbero.
Trabajadores como Charlie se unieron al equipo en la década de 1970. “Empecé aquí en Pete’s el 28 de mayo de 1978”, recordó Charlie.
Fue su primer trabajo, y la barbería se convirtió en algo más que un simple lugar de trabajo. Con los años, incluso atendió a clientes conocidos, como el exgobernador de Florida Jeb Bush.
“Este es Jeb (Bush) cuando era gobernador, porque siempre venía, así que esto es para nuestros amigos; lo atendimos aquí”, recordó un barbero.
Jeff Hinson, un cliente de toda la vida, dijo que vino a Pete’s por primera vez hace más de cuatro décadas y que trajo a sus hijos para sus primeros cortes de pelo hace unos 30 años.
“He venido aquí desde que me mudé a Miami”, dijo Hinson. “Han pasado poco más de 40 años, 41”.
Ahora, Hinson es uno de los clientes que se está cortando el pelo por última vez, ya que Pete’s Barbershop cierra definitivamente.
El propietario, Howard Fairfield, dijo que fue una decisión difícil, pero el aumento de los costos le impidió permanecer abierto. “Y el alquiler ahora es de $6,055 y he estado ganando unos $4,000, así que decidimos cerrar el local”, lamentó Fairfield.
A pesar de tener una clientela fiel, Fairfield dijo que no estaba dispuesto a cobrar más solo para cubrir el alquiler.
“Sí, hemos tenido mucha gente… y pensábamos que nuestro precio era de $20, y la mayoría de los locales de la zona de $40, $50 por un corte de pelo de hombre. Dije que no, que era una locura”, dijo.
El último día del local, amigos y familiares se reunieron para unos últimos cortes y una última ronda de conversación.
“¿Qué planes tienes para el verano? ¿Te vas de vacaciones a algún sitio?”, le preguntó un barbero a un cliente, haciendo eco de la charla informal que llenó la sala durante décadas.
Ahora mismo, dentro de Pete’s, hay pastel, risas y una despedida agridulce.
Los dueños dicen estar increíblemente agradecidos por la lealtad y el apoyo de los clientes a lo largo de los años.