Mientras el gobernador de Florida, Ron DeSantis, recorría la instalación conocida como “Alcatraz de los Caimanes”, se oficializó en Tallahassee su veto al proyecto de ley 1445, que habría limitado la capacidad de su oficina para recibir contribuciones de campaña.
El proyecto de ley “anticorrupción” fue aprobado abrumadoramente por una legislatura liderada por republicanos, luego de informes que acusaban a funcionarios de su administración de pedir donaciones a cabilderos durante horas laborales, cargos que el equipo de DeSantis niega rotundamente.
El representante estatal Juan Carlos Porras, también republicano, dijo que consideraba justa la medida.
“Estoy seguro de que es un tema incómodo para él, tener que decir que veta algo que lo afecta directamente a él o a su equipo”, dijo Porras. “Estamos hablando de aplicar las mismas reglas que rigen a los legisladores —como la prohibición de recaudar fondos y de hacer actividades políticas— al gobernador y su personal. Así que vetarlo puede parecer irresponsable”.
También es posible que se intente anular el veto.
“Siempre existe la posibilidad”, dijo Porras. “Solo soy uno de los 120 miembros de la legislatura. Haríamos lo mismo si se tratara de un gobernador demócrata”.
En la carta que envió explicando el veto, DeSantis se refirió a otra disposición del proyecto que habría restringido su capacidad para nombrar administradores universitarios, pero no mencionó el tema de las donaciones.