LA PAZ, Bolivia (AP) — La foto de Nerón mostrando sus grandes dientes resalta en la mesa llena de luces, croquetas, agua y huesitos que su dueña preparó para la festividad de Todos Santos en Bolivia.
“Mi angelito de la vida siempre vivirás en mi corazón… fuiste el regalo más lindo que Dios me puso en mi camino. Te extrañaremos”, se lee en el epitafio que le dedicó Patricia Frías, una veterinaria de 40 años, al perro que salvó tras ser atropellado y que adoptó luego de que quedara parapléjico.
En la mesa están también los perritos Chuleta, Candy, Zoe y Roger; los gatos Silvestre y Nieve y algunos conejos, varios de los cuales pertenecieron a Frías y otros que fueron sus pacientes en su veterinaria en La Paz.
"Eran mi vida… el momento que se han ido me han roto”, dijo a la mujer a The Associated Press. “El vacío se siente y es bien difícil recordarlos sin derramar una lágrima”, agregó.
Como Frías, muchos bolivianos arman estas mesas en sus casas y ubican a las que fueron sus mascotas en medio de los miembros de la familia que ya fallecieron. En ellas nunca faltan las comidas y bebidas favoritas y los Tantawawas, una palabra aimara que significa “pan” (tanta) y “bebé” (wawa).
Según una creencia que fusiona el catolicismo con los ritos andinos, los difuntos visitan cada año a sus seres queridos al mediodía del 1 de noviembre y permanecen con ellos hasta el día siguiente a la misma hora, cuando se marchan a su lugar de descanso eterno.
Pero las mascotas, explicó Frías, llegan el 27 de octubre y se quedan merodeando a sus dueños hasta el 2 de noviembre. “Yo les hago una oración, les prendo una velita”, dijo la veterinaria.
En los últimos años ha crecido la inclusión de las mascotas en la festividad de Todos Santos, tanto que Ana Chávez, una panadera de 43 años, elabora y vende desde el año pasado Tantawawas para los difuntos de cuatro patas.
“Los animalitos también merecen estar en la mesa de Todos Santos y si son queridos deben estar en la mesa… porque siempre hay un perrito bien querido", contó Chávez, que hace panes con forma de perros y gatos.
El Día de Todos Santos es una tradición que Bolivia heredó de los conquistadores españoles y que posteriormente se fusionó con antiguas costumbres indígenas que creían en la vida después de la muerte y por eso momificaban a sus muertos.
Del otro lado de la vidriera de la veterinaria en la que Frías armó la mesa, varias perros callejeros miraban con ansiedad la comida esperando que alguien los convide.
“Hemos adoptado al animalito como nuestro mejor amigo, hijo, y él nos da su vida. Nosotros no podemos quedar indiferentes", dijo Frías, quien aprovechó la ocasión para pedir que los dueños no maltraten ni abandonen a sus mascotas.
El 2 de noviembre, que es feriado en Bolivia, las familias visitan las tumbas de sus seres queridos en el cementerio para decirles adiós hasta el año siguiente.
En La Paz las celebraciones culminarán en una semana con un rito a las calaveras, una costumbre practicada en pequeños grupos que no es reconocida por la Iglesia católica.
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