LITTLE HAVANA, Fla. — El huracán Melissa azotó el este de Cuba el miércoles, dejando a su paso inundaciones generalizadas, cortes de electricidad y graves daños — y generando preocupación entre los cubanoamericanos en el sur de Florida.
La tormenta tocó tierra cerca de Santiago de Cuba, donde la infraestructura envejecida agravó la destrucción.
“Muy preocupado, sí, porque nunca había pasado antes — tan fuerte, muy fuerte,” dijo Juan Guerra, residente de Miami, cuya hija aún vive en la isla.
Videos de la región mostraban calles inundadas y viviendas colapsadas.
“Me siento mal por todos los cubanos,” dijo un hombre en español. “Esa es nuestra gente, y espero que Jesucristo los cuide.”
En el vecindario de La Pequeña Habana en Miami, muchos compartían la misma preocupación.
“Lo siento mucho por ellos,” dijo Sylvia Figueroa. “Soy cubana, y me duele lo que están pasando.”
Figueroa comparó la tormenta con el huracán María, que la dejó sin electricidad durante meses. Guerra teme que la recuperación en Cuba será larga, citando apagones constantes y escasez de alimentos. “No hay comida, no hay medicina — es muy, muy triste,” dijo.
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