QUITO (AP) — A pocos días de su triunfo en el balotaje presidencial de Chile, el ultraderechista José Antonio Kast se reunió el martes en Quito con el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, en un intento de fortalecer los lazos con los gobiernos de derecha de la región y para abordar asuntos referidos a la seguridad, la migración y el comercio bilateral.
Kast, del Partido Republicano de Chile, se impuso el 14 de diciembre en las urnas a la izquierdista Jeannette Jara apuntalando la tendencia conservadora en la región. Asumirá la presidencia el 11 de marzo de 2026.
El conservador chileno fue recibido por Noboa en el palacio presidencial, en el centro de la capital ecuatoriana, en el marco de actos protocolares. Posteriormente mantuvo un encuentro con empresarios.
Antes de finalizar su visita a Quito, Kast destacó en una rueda de prensa las coincidencias con Noboa para trabajar “unidos” frente a problemas comunes. Enfrentar el crimen organizado “que no respeta banderas… requiere una mirada más allá de cada una de nuestras naciones”, indicó.
El ultraderechista también planteó que “es muy importante que entre todos (los países de la región) veamos cómo solucionar el problema que hoy día genera una nación como Venezuela bajo una dictadura que ha provocado que más de ocho millones de personas salgan de su patria y vayan a distintos países”.
Mencionó la posibilidad de implementar un corredor humanitario para garantizar el retorno de migrantes ilegales a su país de origen.
Consultado sobre la tensión por la presencia militar de Estados Unidos en el Caribe, Kast respondió con un llamado al presidente venezolano Nicolás Maduro a que “reconozca su derrota”, pues “los efectos negativos que ha generado el gobierno dictatorial está afectando la calidad de vida en todo el continente”.
Noboa no dio declaraciones, aunque más temprano, en un mensaje de X, la presidencia de Ecuador informó que se dialogó sobre “la importancia de fortalecer la cooperación en seguridad, lucha contra el crimen organizado, movilidad humana e impulso al comercio entre ambas naciones”.
Kast había anticipado la seguridad como un tema prioritario en su agenda de diálogo con otros líderes internacionales. “Ecuador tiene un problema real con el crimen organizado (…) Ustedes ven la situación que está ocurriendo en Perú, que no es muy distinta a la que ocurre en otros países de nuestro continente, y tenemos que sentarnos a conversar”, aseveró previo a abordar el avión que lo condujo a Quito.
Ecuador, otrora uno de los países más seguros de la región, se apresta a cerrar 2025 como el año más violento de su historia con más de 9.000 homicidios, según el Observatorio Ecuatoriano del Crimen Organizado y otros índices de criminalidad global. La cifra supera las 7.063 muertes violentas registradas en 2024 y el récord anterior de 2023 con 8.248.
Aunque con cifras considerablemente menores, Chile también ha experimentado un ascenso en los niveles de inseguridad en los últimos años, tras la llegada de bandas criminales que lo han expuesto a delitos antes poco vistos. El país sudamericano cerró 2024 con 1.207 homicidios.
Frente a ese panorama Noboa ha defendido la política de mano dura sostenida en el despliegue de fuerzas de seguridad, que ha sido cuestionada por expertos debido a su falta de éxito y por organismos de derechos humanos nacionales e internacionales como violatoria de derechos humanos.
En una línea similar, Kast —condescendiente con la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990)— sostuvo hace poco durante un discurso electoral que “vamos a recuperar el orden, la seguridad, el poder y la autoridad del Estado”.
Tras su triunfo, el primer encuentro de Kast con un mandatario de la región fue con el ultraderechista argentino Javier Milei. En enero lo hará con el presidente interino de Perú, José Jerí.
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