MIAMI – Daniel O’neill estaba entre los sospechosos capturados durante una operación encubierta de tráfico de personas en la que participaron agentes de policía de Miami y agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional, según muestran los registros.
Según un informe de arresto que los agentes de policía firmaron este jueves, O’Neill, de 27 años, fue engañado al pensar que se había conectado con una madre que estaba prostituyendo a sus hijas.
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“Durante la conversación, los investigadores identificaron a los menores en los anuncios como de 12 y 14 años”, escribió un oficial de policía, según el informe del arresto.
O’neill, un residente de Lake Worth nacido en Europa, “eligió” a la niña de 14 años después de supuestamente responder a un anuncio en línea el miércoles utilizando su número de teléfono del código de área del condado de Palm Beach, según el informe policial.
O’Neill se reunió con una oficial encubierta que se hizo pasar por la madre de la víctima en un hotel en el barrio de Flagami de Miami y usó CashApp para pagar $100 por 15 minutos de sexo oral con la adolescente, según la policía.
Los registros muestran que los oficiales de policía arrestaron a Oneill alrededor de las 9 p. m. del miércoles en una habitación de hotel, y el grupo de trabajo sobre trata de personas de la Oficina del Fiscal Estatal del Condado de Miami-Dade se hizo cargo del caso.
Según una cuenta de Linkedin con la identidad de O’neill, al banquero personal asociado con sede en Boynton Beach “le gusta pasar su tiempo libre con su familia y ser voluntario en eventos benéficos para la comunidad”.
Una cuenta de Facebook con la identidad de O’Neill lo enumera como un exalumno de la Florida Atlantic University, el Palm Beach State College y la John I. Leonard High School en el condado de Palm Beach.
En el condado de Miami-Dade, O’neill enfrentó cargos de trata de personas y explotación sexual comercial de un menor, un delito grave de primer grado; ciertos usos de servicios o dispositivos informáticos prohibidos, un delito grave de segundo grado; y viajar para encontrarse con un menor, un delito grave de segundo grado.