FORT LAUDERDALE. — Un residente de Fort Lauderdale afirma que su perro de 5 años sufrió una profunda y dolorosa herida durante una sesión de peluquería móvil el mes pasado, lo que derivó en una emergencia veterinaria y una denuncia policial.
Sin embargo, la empresa de peluquería negó que el incidente haya ocurrido durante la cita.
Russ Horowitz contó que normalmente él mismo baña y arregla a su perro Charlie, un yorkie-poo de 15 libras, pero una promoción de descuento lo llevó a agendar una cita con Sassy’s Mobile Pet Grooming el pasado 14 de octubre.
“Cuando me lo entregó, Charlie estaba visiblemente temblando y asustado”, relató Horowitz. “Trataba de esconderse detrás de mí cuando estaba pagando. No quería acercarse al hombre que lo había arreglado”.
Al principio no notó nada fuera de lo común, pero una hora después vio lo que describió como una grave lesión en la parte inferior del abdomen del perro.“Vi una gran laceración, el tamaño de una moneda de 25 centavos. Podía ver la piel abierta y tejido quemado porque lo habían cauterizado en la camioneta sin mi conocimiento”, dijo.
Horowitz contactó de inmediato a la empresa y envió fotografías de la herida. El peluquero le respondió que “nunca había cortado al perro”.“Estaba furioso, asustado por él y molesto porque no asumían ninguna responsabilidad”, agregó. “Nadie en su sano juicio llevaría a su perro a una peluquería si ya tuviera un agujero en el estómago”.
El hombre llevó a Charlie al Victoria Park Animal Hospital, donde los veterinarios confirmaron una laceración profunda, probablemente causada por una herramienta de peluquería. El personal también observó residuos de nitrato de plata, lo que explicaría la decoloración del área afectada.
Charlie necesitó puntos de sutura, antibióticos y analgésicos, con una factura que superó los 700 dólares.“El veterinario confirmó que lo cauterizaron en la camioneta. ¿Cómo pueden quemar a mi perro sin permiso y luego ocultarlo?”, cuestionó Horowitz.
El caso fue remitido a la Unidad de Crímenes contra Animales del Departamento de Policía de Fort Lauderdale, ante la sospecha de crueldad animal.
Registros y fotografías obtenidos por Local 10 News muestran que varias camionetas de peluquería —con nombres como Tiger’s Pet Grooming, Cinderella’s Pet Grooming e Isabella’s Pet Grooming— están vinculadas al mismo número telefónico.
Horowitz también aseguró que la camioneta que llegó a su casa no tenía el nombre de Sassy’s Mobile Pet Grooming, la empresa con la que había hecho la cita.“Pudo haberse desangrado, infectado o muerto”, dijo.
Mensajes de texto muestran que el peluquero le recomendó llevar al perro a un veterinario en Hialeah al día siguiente, pero para entonces Charlie ya estaba siendo tratado en una clínica de emergencia. Posteriormente, las suturas tuvieron que ser reemplazadas por grapas quirúrgicas.
“No mostraron remordimiento ni asumieron responsabilidad”, lamentó Horowitz. “Dijeron que había firmado un contrato y que, si quería, podía demandarlos, pero no cubrirían los gastos”.
La dueña del negocio, contactada por teléfono, insistió en que el perro ya tenía la herida antes de la cita y que Horowitz debió seguir su recomendación de acudir al veterinario que ella sugirió.
“Solo le diría a la gente que tenga mucho cuidado con quién deja a su mascota”, advirtió Horowitz.
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