MIAMI-DADE, Fla. – Thomas Raynard James tenía 23 años cuando entró en prisión el 6 de marzo de 1991. Se suponía que iba a cumplir cadena perpetua, pero el correccional lo liberó el miércoles por la tarde, tras 32 años y 52 días entre rejas por delitos que, según los fiscales, no cometió.
James, de 55 años, se presentó ante los periodistas como un hombre libre. Ya no llevaba las esposas ni el traje naranja que le obligaron a llevar cuando salió del Centro de Recepción del Sur de Florida en Doral el miércoles por la mañana.
“Voy a pasar un rato con esta señora de aquí”, dijo James señalando a su madre de 80 años. “¡Eso es lo siguiente!”
La lucha de James por la justicia no ha terminado. En Florida, las personas condenadas injustamente tienen derecho a recibir hasta 50.000 dólares por cada año que hayan estado detenidas. Eso habría supuesto unos 1,6 millones de dólares, pero James no cumple los requisitos para recibir una ayuda posterior a la condena.
James fue detenido por posesión de marihuana el 1 de julio de 1989. El estado no tiene que pagar cuando un convicto es objeto de una condena injusta, pero su abogado está desafiando esa regla.
James cree que lo imposible es posible. Estaba de pie junto a la fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández Rundle, cuando ésta anunció que la investigación del Proyecto de Justicia de su equipo había determinado que él no había matado a Francis McKinnon el 17 de enero de 1990.
La fiscal adjunta del Estado, Christine Zahralban, dijo al juez de circuito Miguel M. de la O en la corte que su investigación reveló que James fue condenado erróneamente por asesinato en primer grado, robo a mano armada con un arma de fuego, robo a mano armada y asalto agravado con un arma de fuego.
“Sr. James, su condena y sentencia quedan anuladas”.
Y así, De La O exoneró a James. Salió del edificio de justicia Richard E. Gerstein como un hombre libre de 55 años que ya no tendría que morir en prisión por un crimen que no cometió.
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Lee la moción de 90 páginas que presentaron los fiscales: