COLOMBIA – Aumentan los reportes de violencia contra líderes sociales en Colombia, mientras tratan de proteger los recursos naturales y los pescadores de las empresas que ellos dicen, contaminan el agua.
Yuli Velazquez es ambientalista y vive y trabaja al oeste de Colombia. Su meta es proteger una ciénaga y sus pescadores artesónales, denunciando compañías que contaminan el agua.
Según Velazquez, los fondos del gobierno destinados para limpiar la zona desvanecen sin explicación. Por esto, casi pierde la vida.
“Nosotros nos tiramos debajo de la cama con mis dos hijos, le doy gracias a Dios porque mis dos hijos estaban en la cama jugando con el celular y fue, pues, rápido y gracias a que mi esposo pudo cerrar la puerta, asegurar la puerta. Porque si no, la situación hoy en día al final hubiera sido diferente.” Dijo Velazquez.
Ella y su familia sobrevivieron un tiroteo que hicieron dos personas desde una motocicleta, afuera de su casa, en una zona rural del departamento de Santander.
Esta práctica criminal en contra de líderes sociales es recurrente en Colombia. Es una tendencia que muchos colombianos esperaban que cesara después de que se firmaron los acuerdos de paz del 2016, que el entonces Presidente Juan Manuel Santos firmó con las FARC, pero la realidad es otra.
Enero fue el mes más violento en el país, desde que se firmó el acuerdo. En febrero, contabilizaron 14 líderes sociales y cinco excombatientes, quienes habían dejado sus armas y fueron asesinados.
Local 10 habló con la persona encargada del cumplimiento de los acuerdos por parte del gobierno, quien dirige el Presidente Ivan Duque.
“Nosotros desplegamos muchísimas acciones, todas las entidades del estado para proteger excombatientes y para proteger líderes de sustitución voluntaria de cultivos,” dijo Emilio Archila, Consejero Presidencial para la Estabilización y la Consolidación.
Achila asegura que sólo cero muertes serían aceptables para el gobierno nacional.
“Esto se debe investigar.” Dijo Achila.
Líderes como Velazquez dicen que están preocupados porque, según ellos, el gobierno no está haciendo lo suficiente y piensan que el próximo atentado en su contra podría ser fatal.