Buscan convertir la temida cárcel de las Islas Marías en el nuevo paraíso turístico mexicano

Posee bosques y playas llenos de vida. (Cortesía)

CIUDAD DE MÉXICO – A 70 millas de la costa de San Blas, al sur del Pacífico Mexicano, se encuentran las Islas Marías, donde en 1905 se estableció una colonia penal conocida como el “Alcatraz Mexicano”, lugar de tormento para criminales y presos políticos que hoy podría convertirse en un paraíso para los amantes del mar y de la naturaleza, debido a la abundante vida marina de la zona, preservada del turismo masivo… hasta ahora.

Los antiguos mexicanos conocían la existencia de este archipiélago, pues puede apreciarse a simple vista en un día despejado, pero fueron los exploradores españoles los primeros en pisarlo.  Son cuatro islas en total: San Juanito, María Magdalena, María Cleofas y María Madre. Esta última es la única habitada.

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Son cuatro islas en total, pero sólo una está habitada.

Después de cambiar de manos entre varios dueños finalmente fueron compradas por el gobierno mexicano para enviar allí a los presos considerados de alta peligrosidad, así como opositores al régimen del dictador Porfirio Díaz e intelectuales como el escritor José Revueltas, quien fue recluido en el penal en dos ocasiones y dejó su experiencia plasmada en la novela “Los Muros de Agua”.

En dicha obra, se describe el paisaje de la isla, lleno de ceibas, higueras y cedros, los cuales llenan el ambiente con el aroma de su madera y su resina, así como hongos coloridos, conejos y culebras de agua. Pero esta riqueza era apenas una pizca de lo que se encuentra en los bosques y aguas de estas islas.

En este sitio habitan en total 19 especies de mamíferos nativos, entre los que se distinguen dos subespecies de conejos endémicos, mapaches, tlacuaches y 11 especies murciélagos. También tres especies de los anfibios y una especie de tortuga casquito.

Además, es el único lugar donde habita el loro cabeza amarilla y cerca de cien especies de aves como el parula de las islas marías, colibrí de pico ancho, charrán del Caspio, cerceta aliazul, bobo de patas azules y el sinsonte azul.

Pero lo más impresionante son los 21 tipos de tiburones y 10 variedades de rayas que habitan en sus aguas, así como coloridos arrecifes de coral, peces de colores, invertebrados y mamíferos marinos como delfines, orcas y ballenas de varias especies. Fue por ello que en el año 2005 las islas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Con el paso del tiempo bajó la peligrosidad de los reos que eran enviados a la isla y se les permitió ser acompañados por sus familias, trabajar y vivir en un estado parecido a la libertad hasta 2013, cuando el centro penitenciario fue cerrado definitivamente.

Las instalaciones del penal fueron convertidas en un en un centro de educación ambiental en 2019, así como el nuevo centro cultural “Muros de Agua-José Revueltas”, donde se impartirán talleres de artesanías, desarrollo de granjas autosustentables, clases de literatura y estudios del medio ambiente.

Parte de las adaptaciones incluye la construcción de un muelle más grande para los barcos que recibirán a los turistas durante el día, pues no se permitirá que pasen ahí la noche.

Las autoridades dijeron el sábado que planean construir un muelle para barcos más grandes en la Isla Madre, la principal y única de las cuatro Islas Marías que está habitada. Los visitantes podrán recorrer la cárcel de la isla, pero podrán no pasar la noche allí.

La pandemia ha complicado estos planes. Apenas hace unas semanas surgió un brote de COVID-19 entre un grupo de estudiantes que se encuentran en el Centro Muros de Agua-José Revueltas, el cual suspendió sus actividades hasta mayo. Afortunadamente los contagiados mejoran sin complicaciones. También hay preocupación sobre el futuro del frágil ecosistema de la isla.


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