HAVANA – La escasez de jeringas presenta un gran problema para Cuba, en cuanto administrar las vacunas contra COVID-19 creadas por la nación caribeña, según un reporte de El Nuevo Herald. Las vacunas de Cuba requieren tres dosis, en lugar de las dos requeridas por las vacunas Pfizer, AstraZeneca y Moderna.
Organizaciones de asistencia en Europa y los Estados Unidos han logrado recaudar fondos para proveer unos 25 millones de jeringas.
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Esta semana, Cuba enfrenta un rebrote del nuevo coronavirus pese a que el miércoles superó las dos millones de personas con al menos una dosis de los candidatos vacunales de producción nacional y se mantienen -y en algunos casos se han endurecido- las restricciones sociales y de movimiento.
Cuba tiene 11 millones de habitantes y espera vacunar al 70% de su población para agosto con sus antígenos Abdala y Soberana 02 -más una tercera dosis de Soberana Plus de refuerzo en el esquema dictado por el Ministerio de Salud-.
La isla es la única nación latinoamericana que desarrolló vacunas propias, las cuales se encuentran formalmente en el análisis de los datos correspondientes a la tercera fase de ensayos clínicos. Pero dado el aumento de casos y la seguridad que según los científicos demostraron en las etapas anteriores, comenzaron a aplicarse masivamente a mediados de mayo mientras se espera la autorización de uso de emergencia.
Paralelamente, las autoridades comenzaron esta semana un estudio pediátrico con Soberana 02 en jóvenes de 12 a 18 años que irá bajando hasta los tres años de edad. El Ministerio de Educación indicó que espera reabrir las escuelas el 1 de septiembre.