PARKLAND, Fla. – Una multitud de personas se reunió este sábado en el anfiteatro Pine Trails de Parkland, en una ciudad en la que saben muy bien cómo se siente el dolor de la violencia armada. Se unieron a cientos de comunidades de todo el país en las concentraciones de la Marcha por Nuestras Vidas para implorar a los legisladores que tomen medidas sobre el control de las armas.
La Marcha por Nuestras Vidas de Parkland tiene un significado más profundo, dicen los organizadores, ya que fue fundada por adolescentes después de que 17 personas murieran en el tiroteo de la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas.
En Parkland, los asistentes a la manifestación llevaban carteles que decían “Stop Gun Violence”, “#Enough” y “Just Go Out and Vote”.
La concentración comenzó a las 9:30 de la mañana con oradores supervivientes, familiares y activistas afectados personalmente por la violencia armada.
Debra Hixon, cuyo marido, el director de atletismo de la escuela secundaria Chris Hixon, murió en el tiroteo de Parkland, instó a la gente a salir y votar. “Necesitamos que voten y es que podemos hacerlo mejor y merecemos algo mejor”.
A las 10:30 de la mañana, los manifestantes marcharon por el parque.
Zoe Weissman, de 16 años, presidenta de la Marcha por Nuestras Vidas de Parkland, estaba en la escuela secundaria en el momento de la masacre de Marjory Stoneman. Se ha convertido en una defensora del control de armas por lo que vivió el día del tiroteo.
“Significa mucho ver cuánta gente se preocupa por nuestra misión. Al mismo tiempo, también me da la esperanza de que también vamos a ser capaces de hacer un cambio. Esta vez es diferente. Hemos estado luchando durante los últimos cuatro años y creo que en esta ocasión va a culminar en acción”.
En Weston, en una concentración organizada por los estudiantes del instituto Cypress Bay en el parque de la biblioteca de Weston, se hizo un llamamiento a la acción a aquellos que se han quedado entumecidos por el derramamiento de sangre y la inacción.
Un orador dijo a la multitud: “Porque si no sentimos nada significa que estamos aceptando una realidad en la que los niños morirán en las escuelas y en la que la gente morirá en los supermercados”.
En una concentración celebrada a las 16:00 horas frente al Ayuntamiento de Coral Gables, un orador calificó el problema de “exclusivamente estadounidense” y añadió que se debe “a que nuestro país está tan profundamente arraigado en una interpretación de un documento centenario.”