FORT MYERS, Fla. – Andrew Woeck vivía en un yate de 54 pies atracado en un puerto deportivo de Fort Myers. Después de volar de regreso a la ciudad poco antes de que llegara el huracán Ian, pensó que podría sobrellevarlo.
Woeck admitió que se arrepintió de esa decisión casi de inmediato. Los vientos comenzaron a aumentar cuando el huracán Ian tocó tierra en el suroeste de Florida.
Poco después, el barco de Woeck comenzó a hundirse.
“Mi bote comenzó a hundirse, así que salté, no podía saltar a la izquierda. Tuve que saltar al muelle y corrí lo más que pude hasta el primer bote en el muelle”, dijo.
Woeck se dirigió a un barco más cerca del puerto deportivo. Poco antes logró contactarse con su novia, pero perdió la conexión.
Sorteó la tormenta con el viento y la lluvia durante cerca de 12 horas.
Woeck dijo que pensó que no saldría con vida.
“En ese momento, cuando los zumbidos comenzaron a sonar, no pensé que volvería a hablar con ellos”, dijo.
Woeck tomó un video de teléfono celular durante la tormenta, incluido un video de su bote arrojado al agua, así como de los muelles y los botes chocando entre sí.
A la mañana siguiente ayudó a otros hombres que habían sobrevivido a la tormenta en veleros.
Sus seres queridos intentaron encontrarlo, gritando su nombre, pero no tuvieron suerte. Durante las 12 horas que no pudo hacer contacto con nadie, llamó la atención de un hombre en la ventana de un hotel cercano usando una luz. Hablaron brevemente por un teléfono satelital.
Woeck logró llegar a su automóvil, que aún funcionaba, y se puso a salvo después de que pasó la tormenta.
El huracán Ian devastó el suroeste de Florida y se espera que aumente el número de muertos. FEMA informa que alrededor de 4,000 personas han sido rescatadas. Andrew Woeck obtuvo una vista cercana y personal del huracán Ian.
Tomó la lamentable decisión de capear la tormenta en su barco, que estaba atracado en un puerto deportivo de Fort Myers.
Woeck le dijo a Bridgette Matter, de Local 10 News, que supo casi de inmediato que tomó la decisión equivocada, pero para entonces ya era demasiado tarde.
“Parecía que la tormenta iba a golpear Sarasota o Tampa”, dijo.
Una vez que el viento comenzó a aumentar su velocidad, Woeck tuvo que pensar rápido.
El bote de Woeck ahora está sumergido. Otros barcos en el puerto deportivo han sido arrojados unos encima de otros.
Es un milagro que Woeck haya sobrevivido.
Pudo ponerse en contacto con su novia poco antes de perder el servicio.
“El último momento que pude hablar con mi novia fue cuando el bote comenzó a hundirse”, dijo Woeck.
Al amanecer encontraron los barcos en el puerto deportivo destruidos.
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