MIAMI, Fla. – Según un informe de detención publicado el lunes, los agentes de policía describieron a Frank Iván Suárez-González como el compañero de piso del infierno de Miami.
El conflicto comenzó cuando Suárez-González, de 24 años, supuestamente se comió sin permiso la comida de otra persona en una casa con compañeros de piso en el barrio de Wynwood de Miami.
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Los agentes de policía detuvieron a Suárez González el miércoles y el viernes, después de que todo derivara en violencia en la casa de la zona de la calle 35 del Noroeste y la Tercera Avenida.
El miércoles, Suárez-González se acercó a una litera y “agarró” a una compañera de habitación por la pierna, tiró de ella, la atacó y “le propinó un golpe” en el cuello, mientras el propietario intentaba separarlas, según el informe.
Cuando llegaron los agentes de policía, Suárez-González se identificó como su padre. Fue a la cárcel y, cuando compareció el jueves ante el tribunal de fianzas de Miami-Dade, el juez le ordenó que se mantuviera alejado del compañero de piso.
El viernes, los agentes de policía informaron de que Suárez-González regresó a la casa gritando improperios vengativos, blandiendo “un hacha negra con la parte superior de aspecto de acero inoxidable” y “golpeando la parte superior del armazón de la cama” mientras intentaba herir a la compañera de piso de la que se suponía que debía mantenerse alejado.
Los agentes de policía informaron de que, mientras golpeaba a su compañero de habitación, Suárez-González utilizó “un estrangulamiento por detrás desnudo” y supuestamente gritó en español: “¡No volverás a llamar a la policía!”.
Las dos víctimas informaron de que consiguieron zafarse de él y salir corriendo de la casa, pero Suárez-González saltó a un Toyota Rav 4 plateado 2021 con el hacha en la mano, los siguió y casi atropella a su compañero de piso.
Según la policía, las dos víctimas volvieron a la propiedad, y después de que un vecino les advirtiera de que Suárez-González iba a volver, aseguraron las puertas y se escondieron en un dormitorio.
Los agentes de policía informaron de que Suárez-González utilizó el hacha para dañar las puertas delantera y trasera y romper varias ventanas y el soporte de la cámara de seguridad. La víctima no pudo llamar al 911 porque Suárez-González le había robado el móvil durante el ataque.
Según el informe policial, la víctima dijo más tarde a los agentes de policía que “temió por su vida todo el tiempo” y pensó que Suárez-González quería matarlo.
Suárez-González conducía cuando un agente de policía de Miami le dio el alto en la Quinta Avenida del Noroeste y la calle 34 y vio el hacha negra en el espacio para los pies del asiento del copiloto y el teléfono móvil que había robado al compañero de piso al que atacó en el portavasos central delantero, según la policía.
Durante un interrogatorio en el departamento de policía, Suárez-González volvió a identificarse como su padre, igual que había hecho el miércoles, según los detectives.
Los funcionarios de prisiones volvieron a ficharlo el viernes. Esta vez se enfrentaba a 13 cargos. Cuando compareció ante el tribunal el sábado, el juez le ordenó que se mantuviera alejado de las dos víctimas y de la casa.
Los funcionarios de prisiones mantenían detenido a Suárez-González sin fianza por el cargo de robo a mano armada con agresión o lesiones. Un juez fijó la fianza para los otros 12 cargos en 48.000 dólares.
La lista de los 12 cargos: Acoso con agravantes, agresión con agravantes con arma mortífera, agresión con agravantes, agresión por estrangulamiento, robo con fuerza, intento de robo a mano armada, daños criminales, manipulación de un testigo, víctima o informador en una investigación por delito capital o contra la vida, manipulación de pruebas físicas, violación de una orden de protección y dos cargos por proporcionar una identificación falsa.
La juez de circuito del condado de Miami-Dade, Cristina Miranda, iba a presidir el caso. Los registros muestran que las próximas vistas de Suárez-González para la lectura de cargos y la detención preventiva están fijadas para el 15 de mayo.
Los detectives piden a quien tenga información sobre éste u otros casos que llame a Crime Stoppers del condado de Miami-Dade al 305-471-8477.
Mercedes Cevallos, redactora jefe de Local 10 News, ha contribuido a este reportaje.