RIO DE JANEIRO – El alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, flexibilizó el martes las nuevas restricciones sobre la música en vivo en las playas de la ciudad después de que muchas personas advirtieron que representarían una amenaza a la vibrante escena cultural.
Paes introdujo a principios de este mes las medidas y reforzó las ya existentes, bajo el argumento de que se debía proteger la seguridad pública y el medio ambiente y promover relaciones pacíficas entre turistas y residentes.
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Las medidas, que se tenía previsto entraran en vigor el domingo, prohibían la venta de alimentos y bebidas, el alquiler de sillas, los altavoces y la música en vivo en quioscos sin permisos oficiales.
Los críticos advirtieron que podría representar una amenaza a los medios de vida de muchos músicos y vendedores locales.
El gobierno de la ciudad de Río rescindió partes del decreto, incluida la estricta regulación de las actuaciones musicales en vivo y la prohibición de botellas de vidrio en los quioscos. A los propietarios de las cabañas de playa se les permitirá exhibir nombres, no solo números, siempre y cuando sigan un formato establecido.
“La música volverá a las playas”, dijo Julio Trindade, quien trabaja como DJ en los quioscos y hizo campaña contra la medida. “Las playas de Río son conocidas mundialmente y merecen una banda sonora”.
Otras medidas, incluida la prohibición de altavoces y la represión de las ventas no reguladas de alimentos y bebidas, permanecerán en vigor, señaló el gobierno de la ciudad en un comunicado.
“La ciudad sigue vigilando las playas para asegurar que se mantenga el orden público y que los espacios públicos continúen siendo respetados”, dijo Brenno Carnevale, secretario de orden público de Río, en un comunicado.
Paes señaló que las restricciones sobre la música en vivo se habían introducido porque algunos quioscos estaban reproduciendo música por encima de los volúmenes permitidos y más allá del horario límite de las 10 de la noche.
“Cualquiera que no respete las reglas enfrentará una multa de 1.000 reales (alrededor de 180 dólares) por la primera infracción, una multa de 2.000 reales por la segunda. Y en la tercera, les cancelaremos la licencia y cambiaremos al propietario del quiosco”, afirmó el alcalde.
El Movimiento de Vendedores Ambulantes Unidos, que protestó el martes en la asamblea municipal, dijo posteriormente que se reunió con el presidente de la asamblea, Carlos Caiado.
“Hemos asegurado un paso crucial hacia adelante: la creación de un grupo de trabajo con la participación de representantes de vendedores ambulantes para discutir la seguridad, las regulaciones sanitarias y, lo más importante, la legalización de nuestra categoría”, señaló el movimiento.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.