El primer cara a cara entre los presidentes de EEUU y México tendrá que esperar

El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, desde la izquierda, junto a la presidenta de Mxico, Claudia Sheinbaum; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el primer ministro de Canada, Mark Carney; el president de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy; el presidente de Brasil, Luiz Incio Lula da Silva; y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, en una foto grupal en la cumbre de lderes del G7 en Kananaskis, Alberta, el martes 17 de junio de 2025. (Stefan Rousseau/Pool Foto va AP) (Stefan Rousseau, PA Wire/PA Images)

MEXICO CITY – Para la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum las reuniones bilaterales programadas para el martes en Canadá al margen de la cumbre del G7 eran incluso más importantes que la propia cita internacional, ya que representarían la primera oportunidad de un diálogo cara a cara con su par estadounidense Donald Trump.

Así que la decisión de Trump de regresar a Washington antes de tiempo dejó un enorme hueco en la agenda de Sheinbaum y retrasó un esperado encuentro. Se preveía que la mandataria continuaría defendiendo los avances de su gobierno en materia de seguridad y migración, al tiempo que negociaría el levantamiento de los aranceles al acero y el aluminio y presionaría para eliminar un impuesto propuesto para las remesas que los mexicanos en Estados Unidos envían a casa.

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La presidenta mexicana dijo el martes en su cuenta de X, antes Twitter, que habló por teléfono con Trump quien le explicó que tenía que regresar a Washington para estar al tanto del conflicto entre Israel e Irán.

“Coincidimos en trabajar juntos para llegar pronto a un acuerdo en diversos temas que hoy nos preocupan”, agregó.

Sheinbaum no ha sido la única líder mundial plantada por Trump, pero ha desarrollado una de las relaciones más intrigantes con el impredecible presidente estadounidense.

El éxito de Sheinbaum en el manejo de la relación bilateral ha sido tal que algunos comenzaron a preguntarse en voz alta si ella era una confidente de Trump. Tal vez lo único cierto es que ha evitado dos amenazas arancelarias que podrían haber sido devastadoras para la economía de México.

Lo ha hecho mostrando a Trump el respeto que cualquier presidente de Estados Unidos esperaría de su vecino, desplegando humor ocasional y contestando —siempre respetuosamente— cuando ha sido necesario.

Jorge Alberto Schiavon Uriegas, profesor del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana de México, dijo que esta primera reunión con Trump habría sido una buena oportunidad para Sheinbaum puesto que se daría en un territorio neutral y a puerta cerrada, a diferencia de algunos encuentros recientes que ha tenido el estadounidense en el Despacho Oval con los líderes de Ucrania y Sudáfrica, a quienes no les fue muy bien.

“Eso lo que permitía era avanzar de manera privada, o más bien de manera diplomática sin reflectores, los principales temas de la agenda bilateral”, dijo Schiavon Uriegas.

La agenda bilateral sigue siendo más o menos la misma que hasta ahora, pero con un reordenamiento de las prioridades para ambos países.

El descenso de la presencia de migrantes en la frontera común ha desplazado ese asunto de la agenda prioritaria por primera vez en años.

En materia de seguridad, Sheinbaum ha mitigado algunas de las duras críticas de la administración de Trump sobre el fentanilo y los cárteles al dar más autoridad a su secretario de Seguridad, Omar García Harfuch.

En febrero, México envió a Estados Unidos a más de dos docenas de figuras de los cárteles de la droga, incluido Rafael Caro Quintero, requerido desde hace tiempo por el asesinato en 1985 de un agente de la DEA.

Esa muestra de buena voluntad y de un esfuerzo mucho más visible contra la producción de fentanilo, ha llamado la atención de la administración Trump en el buen sentido.

“Creo que va haber mayor cooperación ahora (en materia de seguridad), yo creo mayor, quizás, que nunca”, señaló el lunes a la prensa el subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau, tras regresar de una breve gira internacional que realizó la semana pasada que incluyó Guatemala, El Salvador y México, donde se reunió con Sheinbaum.

Entre las prioridades de México está seguir buscando alivio de los aranceles que arruinarían su economía —que ya viene mostrando signos de ralentización, en particular el sector automotriz—, así como tratar de detener un impuesto propuesto para las remesas y defender a los mexicanos que viven en Estados Unidos que han sido víctima en los últimos días de las masivas deportaciones.

La amenaza a los ingresos por remesas, ya sea a través del impuesto propuesto o del aumento de las deportaciones, es real para México. Casi 65.000 millones de dólares fueron enviados en 2024 a México, por lo que tomó relevancia el anuncio de principios de este mes del Banco de México de que las remesas disminuyeron en abril 12%, en comparación con el mismo mes del año pasado. Eso representó la mayor caída en más de una década.

Sheinbaum sugirió que el descenso podría estar relacionado con las políticas migratorias de la administración Trump.

La asistencia de Sheinbaum a la cumbre en Canadá muestra cómo ahora México le da más prioridad a la política exterior después de seis años en los que su predecesor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), se saltó repetidamente reuniones multilaterales como el G7.

“Permite a México ir reposicionándose en los espacios de diálogo y concertación política más importantes a nivel mundial”, afirmó Shiavon Uriegas.

Michael Shifter, profesor adjunto de Política Latinoamericana en la Universidad de Georgetown, dijo que si bien la reunión cancelada con Trump fue una pérdida, las otras reuniones bilaterales de Sheinbaum con líderes de la India, Alemania y Canadá no deben desestimarse.

“México está en un momento de buscar y de diversificar aliados en el mundo”, indicó Shifter.

Aun así, tener una reunión en persona con Trump —cuando sea que ocurra— será clave para Sheinbaum. Pese a que los secretarios de su gabinete han hecho numerosos viajes a Washington para hablar de seguridad y comercio con sus homólogos estadounidenses, el republicano es el que más importa.

“Al final del día hay sólo una persona que toma decisiones”, expresó Shifter. “No se puede contar y confiar en nada hasta que el presidente Trump toma su decisión”.


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