Celebrando el orgullo: Después de ser despedido, se puso a trabajar por la igualdad en Miami-Dade

MIAMI-DADE, Fla. – En esta última entrega de la serie del Mes del Orgullo de Local 10 News, destacamos a un hombre que lideró la carga para proteger a las personas LGBT de la discriminación en la vivienda y el lugar de trabajo en Miami-Dade.

“Me despidieron de mi trabajo, es lo que terminó sucediendo”, cuenta Jorge Mursuli. “Nadie lo sabe realmente”.

Es algo que se guardó para sí mismo mientras se ponía a trabajar en una causa mayor.

En 1998, Mursuli lideró la carga para convencer a la Comisión del Condado de Miami-Dade de que las personas LGBT debían ser protegidas de la discriminación en la vivienda y el lugar de trabajo.

“Utilizábamos literalmente la misma cláusula antidiscriminatoria, y lo único que hacíamos era añadir la orientación sexual”, recuerda. “Eso era todo”.

Pero fue una batalla difícil que se remonta a unas dos décadas atrás, cuando la cantante y activista conservadora Anita Bryant impulsó la llamada mayoría moral, marcando a los homosexuales de la peor manera.

Y se mantuvo, incluso hasta los años 90.

“A menudo decían cosas como, ya sabes, la equiparación de una persona gay con un pedófilo, la equiparación de una persona gay con un comportamiento sexual absurdo”, explica Mursuli. “Y lo digo bien. En reuniones públicas”.

Mursuli dirigió Safeguarding American Values for Everyone, o SAVE, para recabar el apoyo de personas ajenas a la comunidad LGBT.

“Construimos una operación de campo como ninguna otra que existiera en ese momento, llamando literalmente a las puertas... diciéndoles que estábamos allí apoyando los derechos de los homosexuales”, recuerda. “Era la primera vez que veía u oía a alguien que se acercaba a una puerta y utilizaba la palabra gay”.

Su mensaje era muy básico.

“¿Por qué descalificar a alguien por algo que no tiene nada que ver con su trabajo?” señaló Mursuli.

La victoria llegó finalmente en diciembre de 1998, por un solo voto.

“La democracia y la protección y la igualdad y todas esas cosas sólo son tan buenas como las personas que están en la mesa”, asegura Mursuli. “Sólo son tan buenas como su capacidad y su deseo de vigilarlas”.

Celebrando el orgullo:


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